martes, 18 de octubre de 2011

Una hegemonía casi total

Por Emmanuel Rodríguez

La provincia de Buenos Aires –especialmente el conurbano- ha sido, históricamente, el núcleo electoral del peronismo, en todas sus vertientes. El hecho originario de este fenómeno fue el mismo que el del propio movimiento peronista: la movilización del 17 de octubre de 1945, llevada a cabo, en su mayoría, por obreros provenientes de ese distrito. A partir de ese momento, el peronismo ha construido allí un aparato político sumamente hegemónico que le brinda, al que se lo adueñe, un piso más que considerable en cualquier elección nacional, ya que se trata de la provincia más poblada del país, con alrededor del 40% del padrón total.

Desde hace algunos años, el kirchnerismo se ha adueñado de ese aparato y esto se nota no sólo en la abrumadora cantidad de votos que Cristina Fernández logró allí en las primarias de agosto, sino también en los resultados de dichos comicios en cada uno de los partidos que integran el conurbano. En la amplia mayoría de ellos, los candidatos que ganaron las intendencias son oficialistas. Algunos directamente del Frente para la Victoria, y otros de partidos aliados. Pocos son los distritos donde el kirchnerismo no gobierna.

Dentro de los intendentes oficialistas se diferencia el llamado grupo de los 8, quienes, a pesar de estar alineados con el gobierno nacional, rechazan, aunque sin demasiado convencimiento, a Daniel Scioli como gobernador de la provincia. Entre ellos se destacan Pablo Bruera de La Plata y Sergio Massa, de Tigre. Este último, se presumía, iba a ser candidato a gobernador, pero decidió buscar la reelección en su municipio. Distintos fueron los casos de Mario Ishi, intendente de José C. Paz, y de Martín Sabatella, ex intendente de Morón, quienes sí se presentaron como candidatos a gobernador e intentan construir alternativas a Scioli dentro del espacio kirchnerista.
Sin embargo, fueron derrotados ampliamente por el ex vicepresidente tanto en las primarias provinciales como en las municipales, y se presume que correrán la misma suerte el domingo.
Fuera del amplio espectro oficialista, se encuentran pocos intendentes que, al igual que muchos de los kirchneristas, llevan mucho tiempo en el cargo. Un caso es el de Jesús Cariglino, intendente de Malvinas Argentinas, quien, si bien forma parte del denominado grupo de los 8 y apoyó al kirchnerismo hasta hace muy poco, se ha aliado con el duhaldismo para las elecciones de este año. Otro, es el de Gustavo Posse, de San Isidro, quien acumula la mayor parte de sus votos en el apellido que heredó de su padre Melchor. Posse, si bien tuvo un origen radical y gobierna por un partido vecinal, se ha mostrado últimamente en actos con Alberto Rodríguez Saa y Francisco de Narváez.

Por último, cabe mencionar que, de cara a las elecciones del domingo, quedan pocas contiendas municipales con resultado abierto. Una es la de Malvinas Argentinas, donde el intendente Cariglino sólo sacó dos puntos de ventaja por sobre el candidato del FPV Luis Vivona. La otra, más resonante por el escándalo reciente protagonizado por Guillermo Moreno, es la de Vicente López. Allí, el radical K Enrique “Japonés” García perdió en las primarias con Jorge Macri, del PRO, por algo más de 5 puntos, y peligra su permanencia en el cargo.

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